Lejos de amedrentarse por las bajas temperaturas, muchos optan por luchar contra el letargo invernal y aprovecharse de las ventajas que tiene bucear en esta época del año.
Puede parecer una locura meterse al agua en época invernal, no obstante, la claridad del agua, los colores, la fantástica visibilidad y la biodiversidad que se puede observar lo compensa todo.
Además si estamos bien protegidos del frío (con el traje, el equipo y la preparación adecuados) el buceo en invierno nos puede ‘enamorar’, ya que acaba resultando una experiencia realmente especial.
Es un gran momento para seguir con nuestra formación submarina, alejados de la masificación que pueden llegar a sufrir las escuelas y centros de buceo en verano. El invierno es ideal para aprender a utilizar el traje seco.
Y si todavía no sos buzo, ¡este es el momento para empezar!